Mi obra puede ser enmarcada dentro de la corriente del surrealismo.
Es figurativa, fantástica y se caracteriza por un dibujo detallado, la ausencia de perspectiva, la volumetría plana y un imaginario de seres y artefactos biomecánicos originados en sueños que tenía repetidamente cuando niño y que, a su vez, generan mi interés en artistas que puedo mencionar como referentes: en la pintura, Max Ernst, Giorgio de Chirico, y en la literatura, principalmente los escritores de ciencia ficción Ray Bradbury, Jorge Luis Borges y Julio Verne.
Mi obra se nutre también de mi interés en nuestro extraño y maravilloso mundo, y de la pregunta por la posibilidad de vida más allá de este. No busco provocar un cambio en el espectador ni referir a grandes preguntas de la humanidad, simplemente trabajo desde un mecanismo y procesos psicologícos que son esenciales para los artistas y los niños: la curiosidad y la imaginación.